martes, 7 de octubre de 2008

el inquilino

Finalmente le dio el mail de una amiga de su novia a un amigo suyo. Acto seguido fue al baño a lavarse las manos. “Acá lo tenés, pero no me pienso meter, sabelo…” dijo mientras anotaba en un papelito el nombre y mail de la individua.
Chablaron (si, chablaron) por msn y concretaron una cita a ciegas. Los kamikazes habían arreglado para encontrarse en un bar un sábado (invertir un sábado en una cita a ciegas significa que confias mucho en el que te quiere presentar a esa persona, o estas medio demente) y a primera vista no se desagradaron, la charla no fue tan buena –suele pasar- y los nervios se habían presentado en numerosos pasajes de la cita. Con dos cervezas y un trago encima cada uno, él se ofreció a acompañarla hasta la casa. Se aventuró a abrazarla de camino al taxi. Intentó besarla desde el taxi al depto. y como corolario se invitó a subir a conocer el departamento. Ella, como su cita venía recomendado, accedió; pero sorprendida por la actitud de los porteños; sería siempre así?...
Ya arriba (en el 5to piso, malpensados), ella sintió la obligación de servirle algo de tomar, y casi salta del balcón cuando el sujeto le pidió un te con leche… Puso el agua y automáticamente se metió en el baño y mandó un S.O.S. a un amigo que vivía cerca. A los pocos minutos este la llamó e inventó alguna historia que demandaba su presencia urgente. Cuando se lo anotició a su compañero, este permaneció inmutable, y tranquilo le contestó que no había problema… que la esperaba hasta que llegara. Quedó atónita, escrutándolo como a algo que funciona con reglas o códigos diferentes a las buenas costumbres. La estocada final fue el pedido de algo para leer hasta que ella volviera.
No volvió, obviamente. Nadie volvería.
14 hs. del domingo. La llamó antes de irse, jugándose el último cartucho. Lejos estaba ella de recibir esa bala; pero desesperada por recuperar su territorio: Se hizo la indiferente y balbució algo así como que no volvería hasta quien sabe cuando. Tranquilo, sabiendo que había dejado todo, camino las 10 cuadras que lo separaban de su casa y se fue a seguir durmiendo.

3 comentarios:

Taller de Gráfica dijo...

yo conozco la versión del lado de el pibe y se aclaran muchas cosas.. igual no deja de ser bizarra... aunque el pibe debería saber toda la verdad por que le cambiaría la perspectiva de esa noche...

Roland Garrón dijo...

Se viene un lado B...

Anónimo dijo...

y el otro lado? estamos esperaanddooo
=)