miércoles, 26 de diciembre de 2007

el bueno, el malo y la linda

“Che, hoy festejo mi cumpleaños, venite a casa después de laburar... a, viene Luli...” Decidido: Hoy voy al cumpleaños de José.
Llego a ese ínfimo dos ambientes es un oscuro barrio porteño, reflexionando que en el ABL que pagaban bimestre a bimestre los vecinos, existían por lo menos dos mentiras. Habrían unas siete personas en el living, entre ellas un par de amigos suyos además del cumplañero. Luli no había llegado, por lo que se puso a arar el terreno. Se habían conocido en el verano, una noche muy particular, pero si bien hubo mucha química, no llegaron a nada. Después mucho msn, mansajitos y alguna que otra llamada, pero este debería ser el último capitulo de “Antes de nuestro primer beso”.
Entró Luli, y en la auditoría a la gente supo encontrar el rostro detrás de los mensajes, chat y llamadas y no pudo menos que sonreír y sostener el eye-contact unos segundos. Él... tranquilo y sigiloso, siguiendo el bosquejo de su plan. Lo que no entraba dentro de ese plan era la aparición de un villano, el Gordo Luis, que aún sabiendo de antemano el interés de su amigo por esa dama, sacó sus humildes plumas, y no dudó en incinerar las de su “amigo” para lograr más luminosidad en las propias. Maquiavello feliz. Ella soportó los embates del Gordo Luis como un rompeolas en una sudestada, mientras todos los que estaban al tanto de la historia previa no paraban de lanzarle dardos visuales, a los que el poco ético sujeto no hacía el menor caso. Pero la paciencia es una virtud, con la partida de los demás invitados se iban desalojando los lugares. Luli quedó ubicada solita en un sillón para dos, y el Gordo Luís arremetió raudo, aunque sin hacerle demasiado caso a los indicadores naturales. El bueno se fue al baño, expelió un poco de orina y se acomodó en el suelo, en frente a la chica, y empezó a soltarse. En cuanto el villano respondió al llamado de la Madre Naturaleza, ocupó el lugar que nunca debió pertenecer a nadie más; en el pedestal junto a ella. Era el centro de atención, pero el malvado tenía una daga escondía, que lanzó cuando su amigo hizo un acertado, sagaz, gracioso y justo comentario sobre algo... quiso hundirlo con un “uuuuuuu, vos siempre con ese chiste” (mentira) pero sólo recibió la mirada despectiva de la bella dama. Ya perdido por perdido trató de agarrarse de cualquier tronco que flotara por allí, y hasta hizo un ademán de acompañarla hasta la casa, ya que su amigo vivía relativamente lejos. Sus misiles no encontraban más que agua, y muy fría. El bueno se ofreció a acompañar a la linda, y así fue.
En la puerta: “querés tomar un café”. Y subió y hablaron mucho, se rieron y tomaron café; pero el sabía que tenía la situación controlada, y lo disfrutó. No intentó nada, ni siquiera ese preciado primer beso, cuando ella lo acompaño hasta la puerta y mirándolo a los ojos de frente no torció ni un grado su escultural rostro para saludarlo, obligándolo a tomar una curva peligrosa para poder acariciar su mejilla con un beso.
Volvía caminando, ya cuestionándose un poco hasta que su teléfono le avisó que ella quería decirle algo.
Textual: Gracias x acompañarme a ksa, sos divino. T mando un bso grande. Mañana hablamos, dale?Le contestó y siguió su rumbo. Dundee.

5 comentarios:

malena dijo...

Dandy.

¿Continuará?

Roland Garrón dijo...

insisto, mi idea es -en algunos casos- contar sólo una parte de las historias... si no se vieron nunca más porque a él lo atropelló el 60 y ella se sintió abandonada sin conocer la razón y él pasa sus días en el Fernández sin recordar que alguna vez tuvo la posibilidad de querer a alguien; o si se avivó y volvió, la abrazó y nunca más se separaron o toda la gama de grises en medio de estos polos... debern imaginarlo los lectores. Si algún día, este espacio se quita el target de humilde y pasa a ser más leído que el de Perez Hilton (.com), alguien podrá hacer una segunda parte intitulada: Lo que me siguió contando un amigo. No creo que pase.

violeta dijo...

uy, no, entonces no nos vas a contar si al dia siguiente hablaron?? aunque sea eso quiero saber!
igual, el relato me alcanzó para imaginarme al gordo Luis como un personaje detestable..

Roland Garrón dijo...

El "Gordo Luis" es mi amigo, pero es detestable jajajaja por supuesto que su identidad esta resguardada. Por suerte es sólo en algunas historias que no cuento el final...

malena dijo...

Bueno man.
Es la idea, contá lo que quieras. Para eso son los blogs, supongo.
Bien relatada la noche, mientras tanto.