viernes, 7 de marzo de 2008

me dijeron de una fiesta

Era el típico “vende humo”, pero ese jueves, una vez terminado el entrenamiento, su propuesta no parecía hacer agua.
En está esquina: con un peso de 40 kilos mojado… ¡IRSE A DORMIR TEMPRANO UN JUEVES! En esta otra, el retador y posible nuevo campeón nocturno: ¡FIESTA EN LO DE UNAS AMIGAS! No hizo falta ni que se pongan los guantes.
Tanto la experiencia evidencial como la sensorial les demostraron a los crédulos, que ese rumor se había corrido en más de un grupo de amigos.
El contacto dentro de la fiesta era una semi-pigmea de pelo crespo que no se detuvo más de unos instantes a hablar con ellos. Era un tres ambientes en el que siete alocadas adolescentes baliaban sin ser concientes (…) que la temperatura de los mortales circundantes iba aumentando paulatinamente. Como en épocas de guerra –pero al revés-, donde hay escasez de un sexo, las mueres cotizaban en Euros, y los chicos tenían patacones falsos.
Pero el destino es gracioso, y había un juguete que los niños no querían para navidad, y su precio se precipitó desde las góndolas hasta caer a la altura de estos 4 chicos. La petisa, alias “el contacto”, estaba hablando con su amigo nuevamente. Risas, manitos juguetonas y la charla aseguraban los cimientos, pero un tsunámico “¿a tu abuela no le molesta que hagas fiesta?” arrasó con todo… “y, no… se murió hace 3 meses”
No había forma ya no de tratar de remontar el barrilete de mármol; ni siquiera podían guardarlo, era física, técnica, probabilística y filosóficamente imposible remontarla.
Además, no paraban de entrar grupos de amigos al departamento, y no eran grupos que creían en la amistad entre personas de distinto sexo.
Frustrados y con más vergüenza que ganas, le pidieron a alguien que les abriera la puerta de abajo y se arrastraron hasta el auto, con el sound track de las excusas del promotor de la idea original.
Uno de ellos supo desde el principio cómo terminaría todo, y se ocupó de forjar un final alternativo, sacando de su bolsillo un par de prendas femeninas sustraídas del baño de la dueña. ¿Se habrá dado cuenta?

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